Hablando a directivos y gerentes: No hay tiempo para pensar!

De las grandes ideas y propuestas de proyectos, muchas se quedan por el camino… el 90% de las pymes fracasan en sus primeros cinco años de creadas y muchas otras apenas sobreviven sin alcanzar niveles de sostenibilidad.  Es conocido que alto número de los directivos gestionan operaciones del día a día sin poder sacar tiempos para evaluaciones, análisis y propuestas que le den re-direccionamiento o permitan innovaciones a lo existente.  ¡No hay tiempo para pensar… Sólo para apagar incendios!.

Si bien hay numerosas empresas que cuentas con una alta capacidad de sostenibilidad y crecimiento,  la gran mayoría en nuestro país se circunscriben al mundo de las pyme´s donde las micros, pequeñas y aún varias de las medianas empresas, están en situaciones de permanente ajuste y con cuellos de botella sin mayor solución, en lo cual podrían contribuir expertos quienes por su trayectoria, especialización y logros les darían alternativas  y luces para validar o crear nuevas opciones.

De otra parte el país requiere de todo tipo de apoyos en los diversos sectores y niveles de las organizaciones, de tal forma que todos sus esquemas existentes, sociales, económicos y políticos sean oxigenados con ideas novedosas, creativas y ante todo con la mira puesta en objetivos comunes y no en intereses particulares o sectoriales.

Muchos se preguntan dónde está la gente pensante y con deseos de generar opciones reales y ganadoras para el futuro?

El problema no es de recursos y talentos, los hay y en demasía.  La verdad es que estamos limitados por nuestros propios condicionamientos mentales que no nos han permitido aceptar esta opción y encontrar la forma de explotarlos para los objetivos que se requieren.  Sería grandioso para todos poder aprovechar la sabiduría acumulada de tantos expertos dispuestos a contribuir, incluso muchos a nivel de voluntariado y otros a costos muchos menores que los existentes a niveles de consultores, asesores o de profesionales regulares.  En muchos casos con su personal probado y reconocido de sus propios jubilados.  Sólo que no hemos pensando cómo sería el modelo, los requerimientos que lo ameritan, los principios para la convivencia y  presentación a los jóvenes, los costos que se ahorrarían, los beneficios directos e indirectos y la medición de los aportes y resultados, entre otros temas.  Siempre habrán alternativas de romper paradigmas, pero toca iniciar el proceso desde los directivos y asumir riesgos para validar los pros y los contras y ver qué es lo que nos conviene para garantizar objetivos y logros más certeros.

Esta misma reflexión abarca por igual a todos los sectores y tipos de organización. Las instituciones, comunidades, ONG´s,  los entes gubernamentales, la ciudadanía y los procesos de gran inversión, fundamentales para el desarrollo del país en su competitividad externa y su equidad interna.

 El eje central está centrado en permitirse dar el paso a generar procesos solidarios de equipos de expertos, algunos,  con jóvenes para crear sinergias y aprendizajes mutuos que fortalezcan sus capacidades y permitan dar saltos cuánticos en la creación de un bienestar mancomunado, lógico bajo objetivos para las mayorías y no para las minorías. Otros como foros pensantes que crean alternativas y dan luces mientras otros hacen y  muchos que se involucran como asesores o consultores para generar otras miradas y opciones que faciliten llegar a los destinos de impacto.

Esta es una oportunidad de demostrar lo recursivos e inteligentes que somos en el aprovechamiento y optimización de recursos y talentos que lleven a organizaciones sostenibles.  Todos remando para el mismo lado compartiendo sus saberes y experiencias en condiciones de hermandad y valores basados en el respeto, la ecuanimidad y la confiabilidad que dan sólo los que han caminado por largo tiempo por la vida con resultados comprobados.

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